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“Él siempre me ama”

Tikkun Global

Jerusalem, Israel


La vida en Israel ha sido como una montaña rusa con llanto, enojo y esperanza- todo al mismo tiempo y uno tras otro. Hemos visto muerte, maldad y luto, pero también milagros de magnitud bíblica.


En un día, nos fueron devueltos los cuerpos de niños pequeños que habían sido brutalmente asesinados. Ese mismo día por la tarde, cinco bombas terroristas escondidas en buses públicos, programadas para detonar a las 9 am durante la hora pico matando a cientos de israelíes, explotaron por error a las 9 PM sin herir ni siquiera una persona - un milagro total.


Cambiando la ecuación


En un tiempo como este, debemos regresar a nuestro conocimiento fundamental: Dios nos ama. Y para que Dios nos ame, Él debe de existir, ser todo poderoso, ser bueno y estar a favor nuestro. Eso seguramente debería cambiar como miramos las circunstancias.


Muchos israelíes se sienten rotos y traumatizados por un siglo de constante peligro y frustradas esperanzas de coexistencia. Pero si agregas a la misma “ecuación” el hecho de que Dios existe y nos ama, todo cambia: no estamos desamparados; el Amo del universo está con nosotros. Esto nos da esperanza, confianza, intimidad y fe.


Este pasado año y medio de guerra, vemos a israelíes enfocándose en Dios y en la oración en la esfera pública. La frase “todos estamos orando”, de repente se escucha en las bocas de periodistas seculares que probablemente nunca trataron de orar antes.


Estamos empezando a mirar cómo se verá cuando “todo Israel” será salvo (Romanos 11:26). Estamos a mitad de camino.  Sí, es "duro", pero seguimos siendo gente testaruda. Las pruebas y dificultades están empujando a nuestra gente a invocar a Dios juntos. Con el regreso de cada cautivo de Gaza, sentimos que somos todos una familia: estos son nuestros hermanos y hermanas, hijos e hijas.


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16)


Dios no solo nos ama, Él nos dio a Yeshúa, su hijo, para salvarnos de nuestro pecado y la muerte. Esta revelación es difícil de recibir para los israelíes. Nuestros rabinos afirman que Dios no tiene la imagen de un cuerpo, mucho menos un hijo. Pero ellos pierden de vista el hecho de que Dios aparece en la imagen de forma humana en decenas de lugares a lo largo de las escrituras hebreas. Por ejemplo, Éxodo 24:9-10 dice que 74 líderes de Israel vieron al SEÑOR con sus propios ojos.


Merecedor de la ira


Dios nos ama aunque no lo merecemos. De hecho, nosotros merecíamos justo lo opuesto.


“Cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados… siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira.” (Efesios 2:1-3 RVR1960)


Nuestra desobediencia ha provocado a Dios. Todos hemos pecado; todos hemos traicionado a Dios. Salmo 7:11 dice que Dios está airado todos los días. Nuestro pecado no es imperceptible. Merecemos ira y castigo. Aún así, Dios escoge amarnos. Estábamos muertos en nuestros pecados. Muchas personas que piensan que están "viviendo a lo grande" están espiritualmente muertas por dentro.


Cuando las personas pecan, están cediendo a la tentación y a la influencia de fuerzas demoniacas. Para caminar en fe, debemos ir en contra de la corriente, en contra de la influencia de la sociedad humana pecaminosa y en contra de nuestros deseos egoístas.


“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:4-5)


A pesar de todos nuestros malos caminos, Dios escoge perdonarnos por causa de Su gran amor. Él nos concede el perdón basado en la voluntad de Yeshúa de tomar nuestro castigo sobre sí mismo. 


Un punto de vista piadoso


“Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con el Mesías Yeshúa” (Efesios 2:6).  


Además de perdonarnos, Dios nos invita a sentarnos con Él en los lugares celestiales. Mientras tu cuerpo está aquí en la tierra, puedes orar con Yeshúa desde la posición más alta de autoridad y poder espiritual.

No debemos permitir que las circunstancias dicten cómo vivimos. Podemos influenciar la situación alrededor de nosotros. ¡No malgastemos ni una frase en quejarnos! Podrías usar la misma respiración para ayudar a alterar la realidad


Proverbios 21:1 dice que Dios puede cambiar los corazones de los líderes políticos. “Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina.” No importa cómo uno se sienta sobre Netanyahu, Trump o cualquier otro líder. Oramos para que Dios dirija sus corazones y los corazones de todos en autoridad.


Hemos visto el efecto de este tipo de oración durante la guerra casi diariamente. Dios ha dado sabiduría reveladora a nuestro gobierno y victorias milagrosas en el campo de batalla.


Algo bueno está pasando aquí. Dentro del último medio año, una canción acerca del amor de Dios se ha convertido en la canción más popular en Israel, obteniendo más de 27 millones de vistas. Fue escrita por un rabino ultraortodoxo, pero es cantada con entusiasmo por jóvenes israelíes seculares - en una sorprendente muestra de unidad y optimismo.


“Él siempre me ama”


Letra por Y. Elitzur y Rabbi S. Arush, Interpretada por Sasson Shaulov


Hashem es un buen padre, Él siempre alardea de mí. Él mira en mí solo lo bueno. Ve que quiero ser bueno, pero no resulta así. Y Hashem también vio mi deseo, que lo intenté y no me rendí. Él mira mi desgracia, la amargura que sentí, cómo comencé de nuevo cada vez.


(Coro)

Y Hahem, bendito sea, siempre me ama

Y siempre me hace bien.  Y aún más bien. Y aún más bien. Y aún más bien. Y siempre será bueno para mí.


Él me escucha, tiene misericordia de mí y siempre me responde, y si Él no lo ha hecho aún, continuaré esperando. Guíame en tu compasión. Que todos vean que tú escuchas la oración. Una vida hermosa y feliz año tras año.


Él hará brillar su luz en nosotros, la fe brillará. La sabiduría de la verdad, conocimiento y entendimiento. Nuestro Mesías finalmente vendrá, y no habrá guerra.

¡Qué sorprendente declaración se hace en esta canción que se ha hecho viral entre los ortodoxos y los seculares por igual! Aunque la mayoría de nuestra gente aún no ve a Yeshúa, esta canción se hace eco de mucho del amor y la fe que se encuentran en los evangelios y epístolas:


“Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en el Mesías Yeshúa Señor nuestro.” (Romanos 8:39)


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