
Este mes las porciones semanales de la Torá recorren el libro de Éxodo. Existe una importante conexión entre el Éxodo de Egipto y las profecías de los últimos tiempos del libro del Apocalipsis. Ver la conexión entre ambas cosas te hará comprender mejor el plan general del reino de Dios.
Una de las primeras personas en ver esta relación fue mi amigo, Dan Juster, que escribió el libro, la Pascua, elemento clave del libro del Apocalipsis. Sintió que Dios le hacía comprender de manera especial este tema en un momento de inspiración revelador.
Llegué a tener una comprensión parecida mientras leía algunos debates rabínicos sobre, “la postrera redención será como la primera redención” (haciendo referencia a Miqueas 7:15 – Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto).
La Biblia se comprende correctamente leyendo todos los textos desde principio a fin (Génesis a Apocalipsis). Las profecías de los últimos tiempos deberían ser vistas como una culminación del desarrollo del reino de Dios desde el principio, incluyendo el jardín del Edén, el diluvio de Noé, el Éxodo, la conquista de Canaán, el reino davídico, etc.
El Éxodo desde Egipto es un patrón fundacional repetido a lo largo de las Escrituras, históricamente, devocionalmente, proféticamente. Es un tema consistente que va desde la ley a los profetas y a los evangelios. (Yeshúa es visto como el cordero pascual, los eventos de la crucifixión y la resurrección tienen lugar durante la semana de la Pascua, etc.)
Aquí tenemos algunos paralelismos que pueden verse en Éxodo y Apocalipsis:
Observa como los dos temas fluyen juntos en el cántico escrito en Apocalipsis 15:3 – Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.”
La historia y la profecía parecen fusionarse a medida que entramos en los últimos tiempos. La comparación espiritual entre los israelitas en Egipto y los santos del Apocalipsis nos ayudará a permanecer fieles hasta el fin, a través de todas las pruebas y tribulaciones.