Amaos los unos a los otros
- Asher Intrater
- Feb 12, 2021
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Una vez en nuestra congregación de Jerusalén (Ahavat Yeshua) el mensaje comenzó con un simple “cuestionario bíblico”. ¿Cuál es el elemento común en los siguientes versículos de Juan?
Juan 13:34 – Un nuevo mandamiento os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Juan 15:12 – Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Juan 15:17 –Esto os mando: Que os améis unos a otros.
1 Juan 3:11 – Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
1 Juan 3:23 – Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
1 Juan 4:7 – Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
1 Juan 4:11 – Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
2 Juan 5 – No como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros.
No es muy difícil responder al cuestionario. Amaos los unos a los otros. El desafío no es la teoría, sino la aplicación. Esta es la única cosa que Dios realmente nos está pidiendo. De todas las cosas que hacemos “para Dios”, solo nuestras relaciones durarán para la eternidad. Todo lo demás terminará en este mundo.
Para amar debemos obedecer los mandamientos de Dios. Pero también tenemos que disfrutar los unos de los otros. Yeshúa decidió sufrir en la cruz para que pudiera disfrutar una relación con nosotros para siempre. El Espíritu Santo se regocija y se deleita con nosotros (Proverbios 8:31).
Yeshúa pagó el precio para allanar el camino para que nos amemos los unos a los otros. Nos ofendemos los unos a los otros todo el rato. Tomó nuestras ofensas sobre sí mismo. Llevó no solo lo que ofende a Dios, sino lo que hacemos para ofendernos a nosotros mismos. Lo que te ofende de tu hermano – lo llevó en sí mismo.
Nos ama tanto que estuvo dispuesto a pagar tal precio. Si nos ama tanto, ¿cómo no vamos a poder amarnos los unos a los otros? Los padres están más felices cuando ven a sus hijos amarse los unos a los otros. A Dios le hace feliz que nos amemos unos a otros. A Dios le causa dolor cuando no lo hacemos.
¿Qué es lo que hace que no nos amemos? El orgullo, el honor, la lujuria, las expectativas de otras personas, el dolor, decepciones, frustraciones, etc. Para amar tenemos que soltar todas estas cosas egoístas.
Lucas 20:20 –Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, a fin de sorprenderle en alguna palabra….
Los hipócritas religiosos no creían aparentar ser justos. Creía que lo eran, y que Yeshúa era falso. Llevaban razón mientras que los demás estaban equivocados. Buscaban una sola palabra o razón para descalificarlo.
Muchos de nosotros somos iguales. Estamos confiados en que llevamos razón y que los demás están equivocados. Notamos una palabra equivocada en otros, y eso nos demuestra que llevamos razón y que los demás están equivocados. Este es un espíritu de condena y crítica religiosa.
La religiosidad no es si usamos símbolos culturales en nuestra adoración, sino si condenamos y criticamos a otros por no hacer las cosas de la manera que pensamos que es correcta. En nuestra congregación, las personas tienen libertad de llevar una Kipá (cubierta judía para la cabeza) o no. No queremos obligar a nadie a cubrirse la cabeza (1 Corintios 9:20) o que no pueda hacerlo (1 Corintios 11:4). Donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad (2 Corintios 3:17).
1 Corintios 12:4-6 –Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo . Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Observa que la palabra “diversidad” es usada tres veces. Para amar a otros, tenemos que dejar que sean distintos, no en el sentido de pecado, sino de estilo. Debemos apreciar que los demás sean distintos en sus dones, llamados y formas de expresarse. Son las diferencias entre nosotros las que nos hacen interesantes y hermosos cuando trabajamos juntos.