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Dos Jerusalenes



La Biblia habla de dos Jerusalenes; una terrenal y la otra celestial. Gran parte de las Escrituras hablan de la Jerusalén terrenal, sin embargo, hay referencias a la Jerusalén celestial en el Nuevo Pacto.


Gálatas 4:26 – "Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre."

Hebreos 12:22 – "Os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial…”


La mayor parte de la comprensión y la revelación sobre la Jerusalén terrenal ha sido mantenida por el pueblo judío; mientras que la mayor comprensión y revelación sobre la Jerusalén celestial ha sido mantenida por la Iglesia cristiana internacional.


Sin embargo, los escritos rabínicos siempre se han referido a una “Jerusalén de arriba” y a una “Jerusalén de abajo”. Y en la última generación, desde la reconquista de Jerusalén en 1967, la comprensión cristiana del plan de Dios para la Jerusalén terrenal ha aumentado en gran medida. De manera interesante, el Corán no menciona a Jerusalén ni una sola vez, y cuando oran los musulmanes de la Jerusalén Oriental, dan la espalda al Monte del Templo y dirigen su rostro hacia la Meca.


No solo hay una Jerusalén celestial, también hay un tabernáculo celestial dentro de esa ciudad (ver Apocalipsis 15:5-8 y Éxodo 25:40).


Como con todos los aspectos de Su reino, la voluntad de Dios es que haya armonía entre la realidad celestial y la terrenal. Cualquier cosa que atemos en la tierra será atada en el cielo (Mateo 16:19, 18:18). Hemos de orar para que la voluntad de Dios se haga en la tierra, así como en el cielo (Mateo 6:10). El reino de Dios se manifiesta cuando hay una convergencia entre lo celestial y lo terrenal.


Debido a la separación entre Israel y la Iglesia durante los últimos 2000 años, no ha habido la armonía adecuada entre la Jerusalén terrenal y celestial. No obstante, nuestra generación es bendecida viendo el comienzo de la reconciliación entre ambas. La voluntad de Dios para la Jerusalén terrenal y celestial será unificada a medida que Israel y la Iglesia son reconciliadas.


Hoy en día, dado que hay judíos mesiánicos creyentes en Yeshúa (Jesús) viviendo en Israel, hay ángeles que ascienden y descienden de lo celestial a lo terrenal y viceversa para traer esa armonía. Yeshúa reina en la Jerusalén celestial por el derecho de ser el Hijo de Dios; reinará en la Jerusalén terrenal cuando vuelva por el derecho que tiene por ser el Hijo de David. Gracias a Dios que Yeshúa es ambas cosas (Romanos 1:4).


No solo tiene importancia la Jerusalén terrenal en la historia pasada (atadura de Isaac, capital de David, templo de Salomón, muerte y resurrección de Yeshúa), también tiene importancia en la profecía futura (centro de enseñanza y avivamiento- Isaías 2; batalla de los últimos tiempos– Zacarías 14; la segunda venida de Yeshúa– Hechos 1:11; la capital del reino milenario– Ezequiel 40- 48, Miqueas 4).


La reconciliación final entre la Jerusalén terrenal y la celestial tendrá lugar al final del Milenio en los cielos nuevos y tierra nueva. Luego los dos serán unidos. El libro de Apocalipsis registra tres veces en la que la Jerusalén celestial descenderá.


Apocalipsis 3:12 – "la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios …"

Apocalipsis 21:2 – "Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.”

Apocalipsis 21:10 – "La gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios …"


¿De dónde desciende Jerusalén? – del cielo. ¿A dónde desciende? – a la tierra. Cuando se unan la Jerusalén terrenal y celestial, entonces el reino de Dios se convertirá en uno (Zacarías 14:9) y todas las cosas tanto en el cielo como en la tierra serán reunidas en Yeshúa (Efesios 1:10). Él es tanto la Cabeza de la Iglesia como el Rey de Israel. En Él la Jerusalén celestial como la terrenal se convierten en una.


Hay más de 1000 referencias a Jerusalén en la Biblia. Tiene un papel importante que desempeñar en el reino de Dios. No es de extrañar que sea el punto de controversia e incluso de guerra para todas las naciones del mundo (Zacarías 12:3, 12:9, 14:2, 14:12). La unión de la Jerusalén terrenal con la celestial representa la restauración del Jardín del Edén con el cielo como lo fue antes de la caída.


Gracias por colaborar con nosotros mientras oramos por la paz de Jerusalén (Salmos 122:6), a medida que compartimos el evangelio para que todo Israel sea salvo (Hechos 1:8, Romanos 11:26); mientras clamamos para que Yeshúa vuelva, "Bendito el que viene" (Mateo 23:39). Nuestra colaboración conjunta forma parte de unir la Jerusalén celestial y terrenal incluso ahora.

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