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El misterio de la Menorá de Janucá

Writer: Asher Intrater & Ron CantorAsher Intrater & Ron Cantor


Asher Intrater y Ron Cantor


La Biblia habla de la Menorá o candelabro en tres niveles: Uno en la Torá, uno en los profetas y uno en el Nuevo Pacto. A Moisés se le ordenó construir un candelabro de oro de siete brazos y ponerlo en el Lugar Santo del tabernáculo (Ex. 25:31-40).


A los sacerdotes se les pedía que cuidaran del candelabro, pero no había una enseñanza clara sobre el significado espiritual de la Menorá. Cuando no hay una enseñanza clara sobre algo en la Torá, como la Fiesta de las Trompetas, es porque solo se puede entender a la luz del Nuevo Pacto.


En la historia de Janucá, los judíos, dirigidos por Judas Macabeo y su pequeño ejército, derrotaron al rey sirio, Antíoco Epífanes. Se considera un milagro que su pequeño ejército de judíos pudiera derrotar a la enorme fuerza siria. Antíoco Epífanes “devastó Jerusalén en el 168 A.C, profanó el templo, ofreció un cerdo en su altar, erigió un altar a Júpiter, prohibió la adoración en el templo, [sacrificios], prohibió la circuncisión bajo pena de muerte, vendió a miles de familias judías como esclavos, destruyó todas las copias de la Escritura que podían encontrarse, y mató a todo aquel que se le descubriera tener tales copias, y recurrió a todo tipo de tortura concebible para obligar a los judíos a renunciar a su religión.”


La Menorá

Tras la sorprendente victoria judía, el templo, incluyendo la Menorá, fue vuelto a dedicar por los Macabeos mientras celebraban la nueva fiesta de Janucá. (Janucá significa "dedicación.") Al candelabro de Janucá se le llama en hebreo Hanukkiah. Tiene nueve luces, ocho de las cuales representan los ocho días que la Menorá permaneció encendida en el templo, a pesar de tener solo suficiente aceite para un día (según la tradición) y una vela extra, llamada Shamash, que se usa para encender las demás. Aunque la mayoría de los judíos estadounidenses llamen a esto Menorá, no es una réplica de la Menorá del Tabernáculo. Sin embargo, tenía por objetivo representar la Menorá del Templo en la tradición religiosa judía, ya que conmemora el milagro de la Menorá de siete brazos durante la rededicación del templo.


Un símbolo de restauración

En el segundo nivel, el profeta Zacarías tuvo una visión de una Menorá mística con dos olivos, uno a cada lado. Ello simbolizaba la restauración de Sion y el templo por el Señor a través del poder de su gracia y Espíritu (Zac. 4:1-10). La visión se convirtió en la base del símbolo y en sello del Estado moderno de Israel.


El cuerpo del Mesías

El tercer nivel se encuentra en el libro de Apocalipsis, en el que Juan tiene una visión sobrenatural de Yeshúa en forma glorificada, parado en medio de siete candelabros. Es más probable, si hemos de ser consistentes con la Escritura, que o era una Menorá que Juan vio, con siete brazos, o siete Menorás con 49 luces en total. La palabra candelabro en las Escrituras hebreas es casi siempre Menorá, un candelabro de siete brazos. En la traducción griega del Antiguo Testamento, se utiliza la misma palabra para Menorá que Juan usó para candelabro en Apocalipsis. En el nuevo testamento hebreo, candelabro es traducido como Menorá. Además, las Menorás en Apocalipsis están hechas de oro, tal y como Dios dijo a Moisés (Ex. 25).


Cada brazo de la Menorá (o cada Menorá) representaba una de las siete iglesias, o congregaciones de Asia Menor (Ap. 1:12, 20), que es simbólico de todos los tipos y corrientes de las que se compone la Ecclesia internacional, o cuerpo de creyentes. Y no lo olvidemos, todo lo que había en el templo era una sombra terrenal de una realidad celestial (Heb. 8:5). La Menorá representa al cuerpo mundial de creyentes.


De la misma manera que el candelabro judío encontraba su significado en la tradición religiosa judía, la visión profética de Zacarías encontró su expresión en el sionismo moderno, y la visión de Juan tiene como retrato a gente de toda tribu, lengua y nación siendo glorificada por el poder de Dios.


La unidad trae el fuego de Dios

Sabemos que la Menorá en el templo tenía que ser construida según el modelo que Dios le dio a Moisés. (“Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte” [Ex. 25:40].) Por lo tanto, si la visión de Juan de la Menorá de siete brazos representaba la unidad del cuerpo de creyentes, también el fuego ha de tener un significado.


Sin la Menorá, no puedes tener fuego—ciertamente no un fuego contenido, controlado y concentrado. Una vez construida la Menorá, se podía encender. De la misma manera, cuando los creyentes se reunieron en Shavuot (Pentecostés) en unidad—con un solo propósito y enfoque, esperando el derramamiento del Espíritu Santo, se convirtieron en la Menorá espiritual que podía ser encendida, y el Espíritu vino en lenguas de fuego. De hecho, la imagen de los 120 con llamas de fuego sobre ellos es una imagen de una Menorá con muchas ramas. Cada rama está en fuego, haciendo la voluntad de Dios.


Con la Menorá en su lugar—tal y como Yeshúa ordenó (“pero quedaos vosotros en la ciudad de [Jerusalén] hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" [Lucas 24:49])—el fuego o Espíritu Santo no solo podía caer sobre, sino también funcionar a través de cada creyente. El fruto fue 3000 hombres, más mujeres y niños que nacieron de nuevo aquel día.


La lección es que al igual que la Menorá, el cuerpo del Mesías debe ser construido según el modelo celestial. Yeshúa nos dice en Juan 17 que su gran anhelo es la unidad. Solo cuando el cuerpo está en unidad puede el Espíritu fluir como lo desee (Hechos 2). Los chismes, la murmuración, las disensiones, la envidia y tales cosas actúan solamente para impedir el auténtico fuego de Dios.


Solo el siervo puede encender las velas

Es interesante que en la tradición judía, es esa vela especial, el shamash, que deja su posición especial para bajar y dar luz a las demás sin luz. Shamash significa "siervo." Una vez que el shamash ha traído luz a las demás velas, vuelve a tomar su lugar, una vez más, por encima de las otras. Desconocido por la mayoría de judíos religiosos, esto es representado en Filipenses 2:6-11:


El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!


Por lo cual Dios lo exaltó hasta lo sumo, y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios padre.


¡Brilla tu luz!

Una última cosa. Según la tradición judía, hemos de tomar la Janucá encendida y ponerla en una ventana para declarar el milagro de la Janucá a todos los que la vean. Estaba Yeshúa pensando en esto (aunque la tradición vino más tarde) cuando dijo, “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede ocultar. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mat. 5:14-16)?


O, “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12)?


También os puede resultar interesante saber que Yeshúa mismo celebró la Janucá. En Juan 10:22, se habla de que se encuentra en Jerusalén para la Fiesta de la Dedicación. (Janucá).


¿Cuál es la enseñanza?


1. Aspirar a la unidad (Fil. 1:7).

2. Esperar al Espíritu Santo (Hechos 2:1-4).

3. Que vuestra luz brille (Mt. 5:14-16).

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