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El Salmo 81 lo explica todo (¡casi!)



He aquí un breve pasaje bíblico, relativamente desconocido, que ofrece respuestas a un número sorprendentemente grande de cuestiones teológicas y filosóficas problemáticas:


"Yo soy YHVH tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto. Abre bien tu boca, y la llenaré. Pero mi pueblo no escuchó Mi voz, e Israel no me obedeció. Por eso los entregué a la dureza de su corazón, para que anduvieran en sus propias intrigas. ¡Oh, si Mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos! En un momento Yo subyugaría a sus enemigos y volvería Mi mano contra sus adversarios". (Salmo 81:10-14)

Veamos algunos de los principios espirituales:


  • Si no hacemos caso de Sus instrucciones a fin de recibir bendiciones, tendremos que aprender de los resultados de nuestros propios consejos y decisiones.

  • Nuestro rechazo de la sabiduría de Dios y la terquedad de seguir nuestro propio camino han producido resultados desastrosos.

  • Si pudiéramos ver que nuestra actitud y acciones erróneas han causado estos desastres, podríamos estar dispuestos a volver a una relación de amor con nuestro Padre celestial.

  • Si tan solo regresáramos a Dios y le escucháramos, todo cambiaría.

  • Debido a la gracia de Dios, usualmente se toma un largo tiempo de desobediencia para que los horribles resultados caigan sobre nosotros.

  • Debido a Su gracia, el giro hacia la victoria y los resultados positivos usualmente sucede muy rápido, en sólo un "poco de tiempo".

  • Él "subyugará" los factores malignos (enemigos) que arruinan nuestras vidas, si nos "sometemos" a Él. Nosotros nos sometemos; Él subyuga.

  • Esto es más que una bendición; es victoria sobre el mal.

  • Dios quiere bendecirnos, y Él tiene la habilidad. Pero Él demanda nuestra cooperación de libre voluntad con Su voluntad.

  • Todas las cosas buenas que Dios ha planeado para nosotros dependen de nuestra voluntad.

  • Dios tiene una larga y documentada historia mostrando Su benevolencia y omnipotencia, como se demostró en el Éxodo de Egipto.

  • Dios desea llenarnos con toda clase de provisión y prosperidad - cualquier cosa que pidamos; por eso Él dice, "abre bien tu boca, y la llenaré".

  • Entonces, ¿por qué no ha sucedido esto? ¿Por qué no estamos experimentando toda la bondad y las bendiciones de Dios?

  • La respuesta es que no hemos escuchado ni obedecido Su voz. Nuestra falta de escucha y falta de obediencia han impedido que las bendiciones de Dios lleguen a nuestras vidas.

  • No es sólo nuestra "falta" de obediencia, sino que no lo queríamos a Él, Sus instrucciones o Su involucración en nuestras vidas.

  • No sólo eso, sino que lo rechazamos obstinadamente.

  • Dios nos hubiera seguido bendiciendo y persuadiendo. Pero ya que continua y consistentemente rechazamos cada intento de ganar acceso a nuestros corazones, Él no tuvo otra opción que dejarnos ir en nuestra terquedad, pecaminosidad y egoísmo.

  • Pensábamos que sabíamos mejor que Dios, así que seguimos "nuestros propios consejos".

  • La voluntad de Dios es bendecirnos. Nuestra voluntad humana se rebeló y rechazó - una y otra vez. Era nuestra voluntad contra Su voluntad.


Yeshua ejemplificó esto en Sus propias oraciones: "Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo" (Mateo 6:10) y "No se haga mi voluntad sino la Tuya" (Mateo 26:39, 42).


Si cambiamos nuestro corazón obstinado contra Dios por un corazón sumiso hacia Él, todo lo demás cambiará a nuestro alrededor.

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