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La Fiesta de Tabernáculos y el Reino Milenario

Writer's picture: Asher IntraterAsher Intrater


Hay tres fiestas bíblicas en la primavera, y tres en el otoño. Los eventos principales de la primera venida de Yeshúa (Jesús) ocurrieron en las mismas fechas de las fiestas de primavera:


Pesaj (Pascua) – Crucifixión

• Omer (Primeros Frutos) – Resurrección

• Shavuot (Semanas) – Bautismo por el Espíritu Santo


Usando la misma lógica bíblica, vemos una conexión de las fiestas de otoño con los eventos principales de la segunda venida:


• Yom Teruá (Trompetas) – Tribulación

• Yom Kippur (Día de Expiación) – Segunda Venida

• Sukkot (Tabernáculos) – Reino Milenario


Al celebrar la Fiesta de las Trompetas enfatizamos el significado profético del juicio de las trompetas en Apocalipsis, particularmente la proclamación final de que los reinos de este mundo llegarán a ser el reino de Yeshúa (Apocalipsis 11:15).


Durante el Día de Expiación, no solo ayunamos, nos arrepentimos y le agradecemos a Dios por la expiación a través de la sangre de Yeshúa, también declaramos nuestra fe en Su venida en el grande y terrible día del Señor (Joel 1:15, 2:1, 2:11) al sonar de la última trompeta (Mateo 24:31, I Corintios 15:52, I Tesalonicenses 4:16, Levítico 25:9-10).


La Fiesta de Tabernáculos es la culminación de todas las fiestas bíblicas y por lo tanto representa la etapa final de Su plan de salvación. Después de la gran guerra al final de los tiempos y la segunda venida de Yeshúa (Zacarías 14:1-15), quienes sobrevivan de todas las naciones subirán a Jerusalén para adorar y celebrar la Fiesta de los Tabernáculos (Zacarías 14:16-21).


La celebración se lleva a cabo en el reino milenario. Habrá una Fiesta de Tabernáculos en el milenio. La Fiesta en sí es una sombra del reino venidero.


Se nos dice que recojamos frutos de la cosecha para ondearlos como acción de gracias ante el Señor (Levítico 23:40, Nehemías 8:15). En particular se mencionan las ramas de palma.


Cuando Yeshúa entro a Jerusalén, montado en un asno (Zacarias 9:9), los discípulos lo recibieron ondeando ramas de palma (Juan 12:13). Hay dos problemas con esa entrada. Primero, [Yeshúa] vino en un asno, en lugar de un caballo blanco (Apocalipsis 19:11). Segundo, fue en el día equivocado. Se ondean las palmas en Sukkot, no en Pesach.


El simbolismo profético nos lleva a la siguiente conclusión: que no fue la entrada triunfal sino la entrada en humildad. Habrá otra entrada. Yeshúa entrará triunfante, como rey en un caballo blanco, en el primer día de Tabernáculos. No solo unos cuantos discípulos judíos ondearán las ramas de palma, sino también el remanente justo de cada nación.


Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;– Apocalipsis 7:9.


Al final del tiempo, gente de cada nación ondeara ramas de palma ante el Señor como un símbolo sacerdotal de nuestra esperanza en que Yeshúa regresará y entrará a Jerusalén triunfante para empezar su reino milenario en la tierra con una gran celebración y un gran banquete.


Dios creó el reino del Mesías antes de que creara el mundo. Ordenó los símbolos sacerdotales y estableció las fiestas antes de que Yeshúa naciera en esta tierra. Como fueron ordenadas con anticipación, tienen autoridad. Pero solo tienen autoridad cuando se observan bajo la autoridad del nombre de Yeshúa.


Así como hay una cosecha agrícola en el tiempo de Sukkot (el final de las fiestas bíblicas), así habrá una gran cosecha de almas al final de las edades (Mateo 13:39, Apocalipsis 14:14). Creemos que el movimiento mesiánico en Israel será la chispa del avivamiento para las naciones al final de los tiempos.

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