
A medida que caminas hacia el norte de la ciudad vieja de Jerusalén a través de la Puerta de Damasco ruta 1, verás una enorme zona de desarrollo de hoteles turísticos en el lado derecho de la carretera, y la zona ultraortodoxa de Meah Shearim en el lado izquierdo.
Un poco más arriba de la carretera se ve la entrada a Sheikh Jarrah. Después llegas a la sede central de la policía fronteriza de Israel, y finalmente el prestigioso barrio de la Colina Francesa y la Universidad Hebrea. Se tarda solo una hora en hacer todo el recorrido, recorriendo tan solo 4 kilometros. Todo está muy cerca.
Personas con visiones del mundo diametralmente opuestas e incluso un intenso odio mutuo, viven a un tiro de piedra. El barrio de Sheikh Jarrah está localizado en un área superpuesta, limítrofe con Jerusalén oriental de población árabe y la Jerusalén occidental de población judía. El barrio está bastante acomodado con distintos consulados internacionales además del famoso hotel American Colony.
La disputa actual sobre el barrio de Sheikh Jarrah tiene una historia complicada. Mientras escribía esto, vi un informe de noticias sobre un coche terrorista atropellando a un grupo de policías en el barrio, hiriendo a 6 personas.
La historia comienza en 1890, durante el dominio turco otomano. Un grupo de judíos compró algunas propiedades para construir un barrio alrededor de la tumba de “Simón el Justo”, sumo sacerdote del período del Segundo Templo.
Esta zona se encontraba al lado del barrio árabe que lleva el nombre del Sheikh Jarrah, doctor personal de Salah A-din del siglo 12. Las dos comunidades vecinas vivieron en relativa armonía, aunque intranquila, hasta que vino la guerra de la independencia en 1948.
Más tarde las familias judías tuvieron que huir, y Jordania tomó la zona de los británicos. Jordania reconoció la propiedad de los hogares de los judíos, aunque puso a refugiados palestinos en los hogares. En 1967 durante la guerra de los seis días, Israel recobró la región.
Se le dio el control de la propiedad a dos comités, uno a los judíos sefardíes y otro a los judíos askenazíes, si bien a los palestinos que vivían en los hogares se les dieron privilegios especiales como inquilinos a largo plazo con derecho a seguir viviendo allí.
Con el paso del tiempo los residentes rehusaron reconocer la propiedad judía y rehusaron pagar alquiler. En 2001, aumentó el conflicto sobre la región ya que otros judíos querían desarrollar las propiedades. Grupos palestinos y activistas israelíes izquierdistas comenzaron a realizar manifestaciones de protesta en el barrio.
La Corte Suprema de Israel trató de retrasar una decisión, pero finalmente tuvo que reconocer el derecho legal judío a la propiedad. Esto trajo a grupos de extrema derecha a la zona, exigiendo que se expulsaran a los residentes palestinos.
Debería notarse que las casas en cuestión son solo actualmente 13, con un número total en controversia desde 2001 de menos de 60. Las confrontaciones violentas recientes entre los manifestantes izquierdistas y derechistas en estos barrios en disputa estallaron antes del estallido del ataque con misiles, y eran parte de la incitación que llevó a la guerra.
Si bien creo firmemente en el derecho bíblico, histórico y moral de que los judíos vivan en cualquier parte de la tierra de Israel, creo personalmente que no hay ninguna suficiente ventaja práctica para desalojar a las familias que han estado viviendo allí durante 70 años. Quizá sería más sabio buscar un compromiso en esta situación particular.
Como nota personal, cuando llegamos a Israel a principios de los noventa, mi propia familia incluyendo nuestros hijos pequeños, vivió a poca distancia de Sheikh Jarrah.
Por favor únete a nosotros para orar por sabiduría para los jueces y el gobierno en este asunto, y en orar por los corazones de los judíos y árabes en esta tierra.