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La regla de oro de la justicia: Escuchar a ambas partes

Tikkun Global

Jerusalén, Israel



La justicia es un tema tan importante tanto en la sociedad humana como ante los ojos de Dios. Hay una justicia eterna de Dios y hay una justicia social en los asuntos humanos.


La justicia tiene dos mitades: castigar a los malvados y absolver a los justos. Esa es la definición de justicia: castigar el mal y recompensar el bien.


Deuteronomio 25:1

כִּֽי־יִהְיֶ֥ה רִיב֙ בֵּ֣ין אֲנָשִׁ֔ים וְנִגְּשׁ֥וּ אֶל־הַמִּשְׁפָּ֖ט וּשְׁפָט֑וּם וְהִצְדִּ֨יקוּ֙ אֶת־הַצַּדִּ֔יק וְהִרְשִׁ֖יעוּ אֶת־הָרָשָֽׁע


Cuando dos hombres tengan un pleito, se presentarán ante el tribunal y los jueces juzgarán el caso, absolviendo al justo y condenando al malvado.


¿Cómo saber quién tiene razón y quién no? La regla de oro de la justicia es que hay que escuchar y comprender a ambas partes antes de llegar a una conclusión. Esto aplica a todo tipo de disputa, incluyendo divisiones matrimoniales, divisiones eclesiásticas, acusaciones sexuales del clero, posturas políticas, debates teológicos, cargos penales, etc.


Juan 7:51

¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?

Proverbios 18:17


צַדִּ֣יק הָרִאשׁ֣וֹן בְּרִיב֑וֹ וּבָֽא־רֵ֝עֵ֗הוּ וַחֲקָרֽוֹ׃


Justo parece el primero que defiende su causa hasta que otro viene y lo examina.


No basta con escuchar ambas partes; hay que escuchar ambas partes en su propio contexto. Si parte A se escucha en el contexto de la presentación mediática de parte B, estará sesgada. Lo mismo ocurre a la inversa. Parte B no será entendida si se escucha en el contexto de la presentación de parte A.


La parte A debe escucharse en su propio contexto. La parte B debe ser escuchada en su propio contexto. Esto es especialmente cierto hoy en día con el creciente poder de los medios de comunicación. Los medios se han hecho más fuertes que el propio mensaje. El contexto de la presentación mediática es más fuerte que el contenido de lo que originalmente se quería decir.


Por ejemplo, hoy en Israel, si uno quiere entender la posición de Netanyahu, debe ver las noticias en el canal 14; si quiere entender la posición de la oposición, debe ver los canales 11, 12 o 13. De lo contrario, el punto de vista está sesgado.


La presentación ha cobrado más fuerza que los hechos. El significado pretendido de cualquier mensaje puede verse distorsionado si se saca de contexto. Esto es especialmente cierto hoy en día en los foros de las redes sociales. Y podría serlo aún más con el avance de la IA.


Este principio es esencial: antes de llegar a una conclusión, es necesario escuchar a la parte A en su propio foro mediático y a la parte B en el suyo. La Biblia dice que un mensaje es como una manzana de oro, mientras que los medios de comunicación son como un engaste de plata ( Proverbios 25:11 ). Escuchar un fragmento de la parte A presentado en los medios de comunicación de la parte B puede ser muy engañoso.


Recuerdo una ocasión en la que algunas personas me acusaban de falsa enseñanza y arrogancia. Me mostraron un fragmento de algo que yo había dicho en un mensaje. Respondí: "Eso es terrible. ¿Cómo pude haber dicho algo así? Es un error monstruoso de mi parte".


Estaba tan angustiado que les pedí que tocaran un fragmento más largo de la grabación, que comenzaba uno o dos minutos antes. Al escuchar todo el mensaje en contexto, exclamé: "¡Aleluya! Sí, eso es exactamente lo que quise decir".


Cuando oí incluso mi propia voz en un vídeo enseñando algo que se presentaba como incorrecto, me convencí del error. Pero al escucharlo en un contexto más amplio, significaba exactamente lo contrario de lo que parecía en el clip. El contexto puede cambiar la percepción del significado, aun si se trata de tus propias palabras.


La rectitud es la tensión dinámica entre la justicia y la misericordia .


Por ejemplo, cuando José descubrió que Miriam (María) estaba embarazada durante su período de compromiso, se enfrentó a un dilema. Por la ley sola, ella tendría que ser asesinada por el pecado (Deuteronomio 22:23-24). Como mínimo, tendría que divorciarse de ella. Pero, en su compasión por ella, quiso hacerlo en secreto para no causarle vergüenza pública.


Mateo 1:19

Y José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto.


Sólo después de tomar esa postura se le demostró que el embarazo era un milagro de Dios, y que Miriam no necesitaba ser castigada en absoluto.


El equilibrio entre la misericordia y la justicia es fundamental. Es posible equivocarse en ambos lados. Si sólo hay misericordia sin justicia, la gracia se convierte en un pretexto para la mundanalidad, carnalidad, cobardía y el autoengaño.


Gálatas 5:13

Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solo que no uséis la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.


La tradición rabínica judía dice que, si eres misericordioso con la gente cruel, terminarás siendo cruel con los misericordiosos.


Por otra parte, si sólo hay justicia, entonces la fe se convierte en un motivo para condenar a los demás, el egoísmo, el orgullo y la dureza de corazón.


Juan 3:17

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.


La fusión perfecta de justicia y misericordia se encuentra en la cruz. Yeshúa pagó el terrible precio del castigo por nuestro pecado y, al mismo tiempo, nos ofreció el perdón.


Esta genial invención de Dios se llama "expiación": el Mesías asumió nuestro castigo para preservar la justicia y nos proclamó el perdón por gracia. Sólo a Dios podía ocurrírsele la idea de que él fuera el castigo sustitutivo para nosotros. ¡Increíble!

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