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La tierra será llena de su gloria



Aquí hay 5 promesas bíblicas de que un día toda la tierra será llena de la gloria de Dios:


Números 14:21 – Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra

Isaías 6:3 – Toda la tierra está llena de su gloria

Isaías 11:9 – La tierra será llena del conocimiento de Jehová.

Hab. 2:14 – Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová

Salmos 72:19 – Y toda la tierra sea llena de su gloria


Una vez tuve un sueño en el que vi el principio del planeta tierra lleno de la presencia de Dios. Los elementos de la naturaleza, árboles y ríos y montañas, cobraron vida. El paraíso bíblico es un jardín restaurado del Edén.


Romanos 8:20-21 – Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza de que aun la creación misma será librada de la esclavitud de la corrupción para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.


El espíritu de un ser humano está conectado a su alma, y su alma está conectada a su cuerpo. El cuerpo del hombre fue originariamente tomado de la tierra; por lo que hay una conexión entre el cuerpo físico del hombre y la tierra de nuestro planeta. Después de que una persona muera, su espíritu y su alma dejan su cuerpo, y su cuerpo vuelve a la tierra para desintegrarse.


Por lo tanto, la resurrección de la raza humana también está conectada a la restauración de la tierra. Los cuerpos muertos de los humanos se encuentran en la tierra. En la resurrección, el poder de Dios llenará esos cuerpos y volverán a la vida en una forma nueva y gloriosa (o bajo el castigo eterno). El mismo poder de gloria que llena la tierra para resucitar a los muertos también llenará la tierra a la misma vez para transformar la naturaleza a su forma original.


La tierra y los cuerpos de los hombres están unidos en pacto y en materia. Cuando el hombre pecó, su cuerpo perdió su gloria, y la tierra cayó en corrupción. Cuando a los hijos de Dios se les de sus nuevos cuerpos glorificados (Filipenses 3:21; 1 Corintios 15:35-49), también la naturaleza será restaurada a su gloria. El reino venidero de Dios incluye una "regeneración" de la tierra (Mateo19:28; Apocalipsis 21-22). Tanto la resurrección como la regeneración forman parte de la "nueva creación" (2 Corintios 5:17; Apocalipsis 21:5).


La promesa de que la gloria de Dios llenará la tierra está relacionada con el conflicto actual sobre la pertenencia de la tierra de Israel. La enorme atención internacional que se presta a este pedacito de tierra es obsesiva y no tiene sentido que sea únicamente por razones estrictamente políticas. Hay razones espirituales del conflicto. Los musulmanes reivindican que la Tierra Santa pertenece al Islam. La Biblia contiene pactos claros e irrevocables de que esta tierra fue dada por Dios al pueblo judío. (Génesis 12:7; 13:15; 15:18; 17:8; 26:3; 28:13; 35:12).


Sin embargo, la mayoría de judíos y cristianos pasan por alto la importancia de estos pactos. Las promesas no fueron dadas en primer lugar para que los judíos tuvieran un lugar para vivir (aunque eso ciertamente está incluido). El propósito de los pactos en cuanto a la tierra de Israel es comenzar el proceso de reclamar esta tierra para los hijos de Dios. Abraham y su familia fueron los primeros verdaderos creyentes.


Dios cortó pactos con Abraham y su familia para darle la tierra de Israel. Esto también estableció el sistema legal de pertenencia de todo el planeta para el resto de la comunidad de fe. Cuando el planeta vuelva a estar bajo la plena posesión de los hijos de Dios, entonces la tierra será restaurada a la gloria.


Tanto la Yihad islámica como el humanismo secular se oponen a la reivindicación de la posesión de Dios de este planeta, y por lo tanto se oponen a cualquier consideración de los pactos bíblicos que tratan sobre la tierra de Israel. Nosotros creemos en los pactos bíblicos que van sobre la tierra de Israel, y en la promesa de la pertenencia de la tierra por los hijos de Dios, además de las profecías de que toda la tierra será llena de la gloria de Dios.

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