Primer Botón
- Asher Intrater
- 2 days ago
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Tikkun Global
Jerusalén, Israel
Si uno se abrocha una camisa y empieza con el botón correcto, todos los demás terminarán en el lugar correcto. Si empieza con el botón incorrecto, al final, todos los botones estarán en el lugar equivocado. Entonces, ¿cuál es el “primer botón” de la Biblia?
Toda la Biblia comienza con Génesis 1, donde Dios crea el universo físico. Es bueno; y con el hombre en el Jardín del Edén, es muy bueno. Los últimos capítulos de la Biblia (Apocalipsis 21-21) describen un cielo nuevo y una tierra nueva.
Si no consideramos la creación física como algo bueno, interpretaremos el final de la Biblia como la “des-creación” de lo creado por Dios. Si entendemos correctamente el primer capítulo o "botón", entonces entendemos el final de la Biblia como una restauración de todas las cosas (Hechos 3:21), una regeneración (Mateo 19:28), una resurrección de la naturaleza (Romanos 8:21) y una renovación de los cielos y la tierra como en los días de Noé (2 Pedro 3:5-13).
La Biblia termina con Dios y el hombre disfrutando de comunión en el cielo y la tierra renovados, con todo el plan de Dios para el cielo y la tierra uniéndose en el Mesías Yeshúa (Efesios 1:10, Colosenses 1:20).
¿Qué hay del "primer botón" del Nuevo Testamento? Mateo 1 describe la genealogía de Yeshúa, enfatizando su descendencia del rey David. Dios le prometió a David que su trono duraría para siempre (2 Samuel 7:13, 16; Salmo 89:3-4) y se extendería por toda la tierra (Isaías 9:7; 49:6; Lucas 1:32-33).
Si pasamos por alto el primer botón del Nuevo Testamento, que describe a Yeshúa como el Hijo de David, entonces Yeshúa nunca cumplirá Su destino como el Rey de los judíos (Juan 18:37); nunca heredará las naciones (Salmo 2:8); nunca traerá paz a la tierra (Lucas 2:14); y nunca restaurará el reino a Israel (Hechos 1:6).
La Biblia tiene un plan consistente y coherente de principio a fin. Aclaremos todos los puntos, desde el primero hasta el último. Todos encajan en Yeshúa (Jesús), quien es el Hijo de Dios y el Hijo de David (Romanos 1:3-4), el alfa y la omega, el primero y el último (Apocalipsis 1:8).
