Primero que todo - Orar
- TG

- Sep 22
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Antes de alabar, antes de construir comunidad, antes de discipular o buenas obras, Pablo nos dice en 1 Timoteo 2 que la primera cosa que los creyentes debemos hacer cuando nos reunimos es orar.
Si no oramos primero, perdemos la mente de Dios y nos arriesgamos a hacer el trabajo del Reino en nuestra propia fuerza. La oración nos conecta con la Cabeza de la Iglesia, nos recuerda que todo es por Su Espíritu -no nuestro poder- y nos posiciona para escuchar Su plan.
En la transmisión global de esta semana, Ariel nos desvela la exhortación de Pablo para hacer de la oración el fundamento de nuestras vidas y congregaciones. Él resalta las cuatro formas diferentes de oración nombradas en 1 Timoteo 2- cada una con un énfasis único pero que se superponen en la práctica
Súplicas: urgentes, llantos del corazón cuando la necesidad presiona.
Oraciones: tiempos regulares, intencionales disciplinados buscando a Dios incluso cuando no hay crisis; mantenerse en intercesión por amigos, naciones y asuntos sucediendo.
Peticiones: intercediendo en nombre de otros; cambiando el enfoque de nosotros a las personas, comunidades y naciones.
Acción de gracias (Eucaristía): alabanza y gratitud, honrando a Dios con nuestra alabanza por quién es
Él y lo que ha hecho.
Estas palabras nos recuerdan que no solo hay una forma de orar. Hay niveles de urgencia, disciplina, intercesión y alabanza, y siempre podemos crecer en todas ellas.
“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres…” (1 Timoteo 2:1)
Que este mensaje le mueva a poner la oración primero, en su día, su familia y su comunidad.
MIRE la Transmisión Global ¡y recuerde el poder de la oración antes que cualquier otra cosa!


