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Tomando el manto real de Esther y Mardoqueo



Este año, en preparación para nuestra Consagración de Ester, a través del estudio y la meditación del libro de Ester, me he vuelto aún más consciente de un tema subyacente que tiene que ver con la venida del reino de Dios, y de su tiempo.


El reino de Dios viene en etapas; cada etapa tiene un tiempo de cumplimiento; el libro de Ester habla de una última etapa del reino mesiánico en la tierra, con impacto mundial.

Hay varias palabras para “reino” en las escrituras hebreas. Una de las principales es malkhut, מלכות. Aparece 91 veces en la Biblia y, sorprendentemente, 26 veces en el pequeño rollo de Ester.


A lo largo de los libros históricos de las escrituras hebreas, encontramos muchos eventos relacionados con el choque entre “Dios y el gobierno”. Estos eventos están escritos en la Biblia porque contienen lecciones espirituales y patrones proféticos sobre el reino de Dios (ver, por ejemplo, II Samuel 7:14 e Isaías 7:14).


Tal vez el mayor presagio del reino mesiánico en la tierra es el reino de Salomón (referenciado por Yeshúa en Mateo 12:42). Sin embargo, el propio Salomón cometió horribles pecados en la última parte de su vida, por lo que el presagio es solo parcial.

En mi punto de vista, el segundo mayor evento histórico que sirve como presagio del reino del Mesías en la tierra se encuentra en el libro de Ester. Tiene lugar durante el apogeo del antiguo imperio persa, que gobernaba la mayor parte del mundo conocido en aquella época.


אסתר א:1 וַיְהִי בִּימֵי אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ; הוּא אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ, הַמֹּלֵךְ מֵהֹדּוּ וְעַד־כּוּשׁ, שֶׁבַע וְעֶשְׂרִים וּמֵאָה מְדִינָה


Ester 1:1 Aconteció en los días de Asuero (éste era el Asuero que reinó sobre ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía).


Asuero, conocido también como Jerjes, gobernó 127 naciones. Este era un imperio global, virtualmente un gobierno “mundial”. Los eventos tuvieron lugar a principios del siglo V a.C., hacia el final de los registros bíblicos, después de la época de Ciro y Zorobabel, pero antes de la época de Esdras y Nehemías.

Este pequeño rollo puede leerse como la crónica histórica de esos eventos, y también como una parábola profética de los eventos del fin de los tiempos. La historia de Ester sirve como “coronación” real o momento culminante en el período de cierre de las escrituras hebreas.


La antigua Persia, el país que ahora llamamos Irán, dominó el mundo durante más de un siglo completo. A la luz de los eventos actuales, es algo sorprendente observar que en la cúspide de la edad de oro de “Irán” (Persia), la reina y el primer ministro eran judíos que creían en el Dios de la Biblia.


Me imagino que la mezcla de culturas, y tal vez de etnias, estaba muy extendida. Es lógico que los “Reyes Magos de Oriente”, como se registran en los evangelios (Mateo 2:1), habían aprendido las profecías mesiánicas de las enseñanzas de Daniel, Mardoqueo y Esdras.

En el libro de Ester, hay un cierto énfasis en la elección de las fechas (Ester 3:7). El primer Pur (lote) se echó en el primer mes, “Nisan”. La fecha elegida por el Pur fue en el duodécimo mes del año, “Adar”, que es por tanto el mes de la fiesta de Purim.


אסתר ג:7 בַּחֹדֶשׁ הָרִאשׁוֹן הוּא־חֹדֶשׁ נִיסָן, בִּשְׁנַת שְׁתֵּים עֶשְׂרֵה, לַמֶּלֶךְ אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ; הִפִּיל פּוּר הוּא הַגּוֹרָל לִפְנֵי הָמָן, מִיּוֹם לְיוֹם וּמֵחֹדֶשׁ לְחֹדֶשׁ שְׁנֵים־עָשָׂר הוּא־חֹדֶשׁ אֲדָר


Ester 3: 7 En el mes primero, que es el mes de Nisán, el año doce del rey Asuero, se echó el Pur (es decir, la suerte), delante de Amán para determinar el día y el mes, hasta que cayó en el mes doce, que es el mes de Adar.


El Pur fue lanzado en el primer mes y ejecutado en el último mes. El calendario hebraico es lunar; por lo tanto, las fechas a mediados del mes, del 14 al 15, son cuando aparece la luna llena. La Pascua ocurre en la luna llena del primer mes; Purim ocurre en la luna llena del duodécimo mes.


La Pascua habla del comienzo del reino mesiánico, con el nacimiento y sacrificio del Mesías como el cordero pascual. Purim habla de una crisis global, a través de la cual emerge milagrosamente una victoria global. El malvado plan de la figura del anticristo Amán es repentinamente derribado por la figura mesiánica de Mardoqueo.


Mardoqueo y Ester gobiernan junto al rey persa sobre el imperio internacional. ¡Qué hermosa imagen del reino mesiánico es ésta! El calendario bíblico comienza con el sacrificio del cordero en el primer mes y termina con el reino global en el último mes.

Piensa en el doble, triple, cuádruple significado del desafío de Mardoqueo a Ester. “Fuiste llamada al reino (malkhut, מלכות) para un momento como éste.


אסתר ד:14 כִּי אִם־הַחֲרֵשׁ תַּחֲרִישִׁי בָּעֵת הַזֹּאת, רֶוַח וְהַצָּלָה יַעֲמוֹד לַיְּהוּדִים מִמָּקוֹם אַחֵר, וְאַתְּ וּבֵית־אָבִיךְ תֹּאבֵדוּ; וּמִי יוֹדֵעַ, אִם־לְעֵת כָּזֹאת, הִגַּעַתְּ לַמַּלְכוּת


Ester 4:14 Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los judíos desde otro lugar, pero tú y la casa de tu padre perecerán. ¿Y quién sabe si para un tiempo como este has llegado al reino?


Este “tiempo” se refiere a la posición de reina de Ester en el gobierno persa; la fecha era el mes de Adar; el tiempo es también cada año al leer el rollo de Ester; estos tiempos culminarán en el Fin de los Tiempos. Cada generación tiene que caminar en sus propias aplicaciones espirituales de los patrones y precedentes bíblicos.


Hay un tiempo para nosotros ahora. El “poder y el espíritu” que había en Elías también pasó a Eliseo y a Juan el Bautista (II Reyes 2:15; Lucas 1:17). La gente cambia; las generaciones cambian; pero la dinámica espiritual que nos rodea no cambia. Los dones y los llamados de Dios se renuevan en cada generación.


Había un cierto “manto” o una cierta “unción” que estaba sobre Mardoqueo; y otro que estaba sobre Ester. Ambos eran manifestaciones del Espíritu de Dios. Nosotros tenemos acceso a todos los carismas y energías del Espíritu Santo a través de Yeshúa el Mesías. Hay un manto de Mardoqueo y de Ester que está disponible para nosotros hoy.


Hay una frase única que se encuentra tres veces en el libro de Ester: l’vush hamalkhut, לבוש המלכות. Esta expresión de dos palabras se encuentra en la forma conjunta o smikhut. Significa “vestido del reino” o “vestido de la realeza”. Aquí están las tres veces:

  1. Ester se presenta ante el rey, ataviada con su belleza, para pedirle gracia y favor (Ester 5:1).

  2. Amán, en su fantasía egoísta y malvada, pide para sí mismo vestirse con la ropa del rey (Ester 6:8).

  3. Mardoqueo se presenta con vestimenta real, después de que el rey lo nombra primer ministro del imperio global (Ester 8:15).

La vestimenta en las escrituras puede representar una cualidad espiritual. El Sumo Sacerdote llevaba una “vestimenta de gloria” (Éxodo 28:2); los reyes tenían túnicas reales especiales; los profetas tenían sus “mantos” (II Reyes 2:13). Nosotros debemos estar revestidos del poder de lo alto (Lucas 24:49). Se nos instruye a “revestirnos del Señor Yeshúa” (Romanos 13:14). La vestimenta puede simbolizar un cuerpo de resurrección (I Corintios 15:53; II Corintios 5:4). La oración tradicional al ponerse el talit (manto de oración) es estar vestido de luz en el mundo venidero.


El manto espiritual que estaba en Mardoqueo y Ester está disponible para nosotros hoy. Implica una revelación más profunda del reino de Dios; oración e intercesión; autoridad profética para enfrentarse a los espíritus del anticristo y el antisemitismo.

Entremos en nuestro destino e identidad como hijos del Dios Altísimo. Recojamos los mantos reales de Mardoqueo y Ester en nuestra generación; y creamos por los mismos resultados que ellos tuvieron. Oremos para cambiar una crisis global a un testimonio global.



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