Visión de la familia global
- Asher Intrater
- Jul 6
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Tikkun Global
Jerusalén, Israel

Hay una profunda visión contenida en la oración de Yeshúa en Juan 17:21-23 por la unidad con Dios y la unidad de unos con otros:
Que todos sean uno, como tú, oh Padre, estas en mí y yo en ti. Que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.
En el versículo 21, el énfasis se centra más en la unidad con Dios que en la unidad de unos con otros. Nuestra unidad es un resultado natural de la unidad con Dios. Pero la unidad con Dios viene primero. El primer elemento para crear esta visión es simplemente: fe en Yeshúa.
En el versículo 22, está la dimensión adicional que surge de una experiencia conjunta de la gloria del Espíritu Santo. El segundo elemento de esta unidad es recibir el fuego, dunamis y carisma del Espíritu Santo.
En el versículo 23, hemos de conocer y experimentar el amor de Dios como nuestro Padre. Este tercer elemento es el amor del Padre.
Gente hermosa en un mundo hermoso
A medida que se desarrolla esta unidad, habrá gente en todo el mundo que son espiritualmente una. Esta es la emergente ekklesia global: gente de cada grupo étnico se convertirá en un pueblo especial "escogido", un real sacerdocio (Éxodo 19:5-6, 1 Pedro 2:9).
Esta ekklesia ha estado creciendo desde el principio de los tiempos. En nuestra generación, está alcanzando un nivel de plenitud sin precedentes. Deseamos ver las piezas divinas de la ekklesia global conectadas.
¿Cuál es la estructura relacional de este grupo de personas? Es demasiado grande para ser “propiedad” de una sola persona o ministerio. Es demasiado diversa para cualquier concilio o sínodo. Ni siquiera para cardenales. Ni siquiera para apóstoles.
La estructura debe ser más relacional que organizativa. Para poner nuestro énfasis en las relaciones, debemos renunciar a todo orgullo, posición y promoción. Esas “maletas” del ego deben dejarse en la puerta antes de unirnos.
¿Cuál es el constructo relacional que puede unirnos? Si ha de incluir a todos, debemos volver al principio para entender el concepto. Dios dijo a Adán y a Eva que fructificaran y se multiplicaran (Génesis 1). Dios le dijo a Abraham que fuera un padre de muchas naciones (Génesis 17). Dios es el Padre de quien todos recibimos identidad (Efesios 3:14-15).
¿Cuál es el marco original relacional para todos los seres humanos? – Una familia. Una familia de todas las naciones. Dios es nuestro Padre. Yeshúa es el Hijo. La ekklesia es un desarrollo de la familia original. Todos somos hermanos y hermanas. Todas las personas son iguales en amor y respeto. Este plan para una familia global en un jardín global nunca ha cambiado.
Nota: Cuando hablamos de una familia global de fe, es importante recordar que la comunidad de fe se expresa primero en las congregaciones locales en cada ciudad y pueblo, con relaciones reales de vida compartida, responsabilidad mutua, compartiendo el pan, discipulado y ancianato pastoral. Al igual que el cuerpo humano está compuesto de células y órganos individuales, el cuerpo global del Mesías está compuesto de comunidades locales de fe.
La familia abrahámica de fe
En cierto modo, el comienzo de la familia de fe fue Abraham. Desafortunadamente, hubo una dolorosa ruptura en esa primera familia. Desde entonces ha habido muchas divisiones. Pero la raíz de todas las divisiones en la familia de fe es la ruptura entre Agar y Sara.
De esa ruptura proceden las dificultades actuales en Oriente Medio, así como los conflictos entre el judaísmo, el cristianismo y el islam. De Ismael e Isaac proceden los pueblos árabe y judío. Si la herida entre ellos puede sanar, entonces todas las demás rupturas étnicas, nacionales y religiosas podrán sanar.
La reconciliación árabe-judía es el cuarto elemento de nuestra visión. Esto solo puede suceder a través del amor de Yeshúa. Él cargó con nuestros pecados en el madero (Isaías 53) y nos enseña a amar a nuestros enemigos (Mateo 5:44). Esto es más profundo que la reconciliación: es familia, pacto y unidad.
Este avance del pacto traerá una bendición a la tierra entera, como se relata en Isaías 19:20-25. En esta profecía, se construye un camino entre Egipto, Asiria e Israel. Una bendición es desatada por toda la tierra. Esta visión ha sido llamada el camino de Isaías 19 o la bendición de Isaías 19.
Nosotros, los judíos mesiánicos, deseamos preferir a nuestros hermanos y hermanas árabes. En Génesis 17:18, Abraham ora: “Que Ismael viva delante de ti”. Esta oración ocurrió justo antes del nacimiento de Isaac. Dios le recuerda a Abraham que el pacto mesiánico se establecerá a través de Isaac, no de Ismael. Sin embargo, el corazón de Abraham rebosaba de amor por Ismael e Isaac.
Al preferir nosotros los judíos mesiánicos a nuestros hermanos árabes, la bendición de Dios se desata sobre nosotros. Lo mismo es cierto para ellos. Lo mismo es cierto para cada persona o grupo étnico. La sumisión mutua trae bendiciones mutuas. La quinta clave para la familia global es preferirnos unos a otros en honor
(Filipenses 2:3, Efesios 5:21).
David Demian (de Watchmen for the Nations) y yo compartimos una hermosa asociación en esta visión de familia global. Nos sometemos el uno al otro. Nuestra amistad es una expresión del corazón de Abraham tanto hacia Ismael como hacia Isaac. Este tipo de deferencia mutua se encuentra también en otras congregaciones y conferencias aquí en Israel.
Nosotros, los judíos mesiánicos, buscamos preferir a nuestros hermanos cristianos árabes en amor. Consideración a los árabes no es negar nuestro llamado como judíos. Es confirmarlo. De esa relación se manifiesta la voluntad de Dios. Fue la voluntad soberana de Dios que Ismael naciera primero. También fue la voluntad soberana de Dios que Isaac fuera el heredero del pacto mesiánico.
Doble restauración de Israel y la Iglesia
Las bendiciones espirituales son siempre recíprocas. Los creyentes en Yeshúa, de todos los orígenes étnicos, están conectados al Olivo de la fe. Cuando Israel acepta su llamado, las naciones pueden ser injertadas junto con ella (Romanos 11:17-21). Este árbol crece de las históricas raíces judías de la fe. La historia de Israel es la historia común de todos los creyentes. Las naciones de la ekklesia global están alineadas con su historia común. El sexto elemento de la unidad de la familia global son las raíces judías de la fe.
Ezequiel 37 describe una asombrosa visión de la resurrección de los muertos. Huesos secos son juntados. El Espíritu de Dios les da vida. Se levantan como un poderoso ejército. Esta visión de resurrección también se está manifestando hoy en nuestros corazones. Dios nos está uniendo, hueso con hueso, ligamento con ligamento. Su Espíritu está trayendo avivamiento. Debemos profetizar al Espíritu, diciendo: “Ven y sopla” (Ezequiel 37:9).
¿Se refiere la visión de Ezequiel al pueblo de Israel? ¿O a la Ekklesia internacional? ¿O a la resurrección física de entre los muertos? Pues sí, a las tres. La nación de Israel, la Iglesia internacional y la resurrección física de entre los muertos están conectadas.
Después de que los huesos cobran vida, Ezequiel tiene otra visión en la que une dos palos en sus manos (Ezequiel 37:16-23). Esta visión también tiene más de un nivel de significado.
El primero es la unificación de los antiguos reinos de Israel y Judá, que fueron divididos después del reinado de Salomón. Sin embargo, esto también es una imagen de la Ekklesia internacional unida a la nación de Israel. El pasaje se refiere a la nación, “los hijos de Israel”, y a la Ekklesia internacional, “toda la casa de Israel y sus compañeros” (Ezequiel 37:16).
El séptimo elemento para la familia global es la unidad de Israel y la Iglesia. Resumamos:
Fe en Yeshúa – Juan 17:21
Poder del Espíritu Santo – Juan 17:22
El amor del Padre – Juan 17:23
Reconciliación árabe-judía – Isaías 19:20-25, Génesis 17:18
Preferirnos los unos a los otros – Filipenses 2:3, Efesios 5:21
Raíces judías – Romanos 11:17-21
Unidad de Israel y la Iglesia – Ezequiel 37
Todas las cosas en el cielo y la tierra están unidas bajo la autoridad de Yeshúa (Efesios 1:10). La familia global se está uniendo (Efesios 3:15). ¡Qué alegría ser parte de este experimento divino!